El Suzuki Jimny fue uno de los vehículos más deseados para el mercado mexicano, por el año 2020 (antes de la pandemia) en los eventos se pedía que no preguntaran si iban a traer este todo terreno al país, siendo un tema (para esos tiempos) algo incómodo para la marca. Pero en el 2021, Suzuki sorprendió a todos al anunciar que el Jimny llegaría a México y a partir de ese momento, los compradores mexicanos han tenido que hacer su mejor esfuerzo por adquirir este todoterreno en cada preventa, porque las unidades que se van a destinar se venden en horas.

Para manejar este vehículo todo terreno, Suzuki nos invitó al “Jimny Experience”, un viaje en el cual podríamos conocer las capacidades fuera del asfalto. La cita fue en el Hotel Crown Plaza en Tlalnepantla, ahí, después de realizar las pruebas COVID, abordamos un autobús que nos llevaría a la Hacienda “El Astillero” donde iniciaría nuestra experiencia.



En este primer destino, tendríamos noticias importantes para Suzuki, la primera es que para final de mes Tadashi Tahara dejará su cargo como director general de Suzuki Motor de México siendo Takaguchi Iguchi quien tome el puesto. La segunda noticia es que, para el 7 de marzo, tendrán otra preventa de 1500 Jimny.



Después de estos anuncios, comenzaría la prueba de manejo, algo inusual fue Suzuki hizo la asignación de conductores y autos, cosa que en otras pruebas los invitados hacían sus grupitos y uno corría al auto que quisiera manejar, pero este método logró una mayor convivencia entre los invitados a la prueba (periodistas automotrices e influencers). Ya con equipo y auto designado (Jimny #13), antes de subirnos realizamos la primera actividad del viaje (porque Suzuki también planeó una competencia entre los equipos con diversas actividades) que consistió en tirar la mayor cantidad de piezas de una pirámide generando puntos. Nos subimos al Jimny para iniciar nuestra prueba de manejo.


A primera vista, el Jimny resalta por su tamaño debido a sus 3,480 mm de largo, 1645 mm de ancho y 1,720 mm de alto. Una de las primeras pruebas era si una persona mayor de 1.90 m podría caber debido a sus dimensiones y el resultado fue satisfactorio solo que las piernas de una persona alta pueden rozar con el volante debido a que no tiene ajuste de profundidad, sólo de altura. La posición de manejo se siente más alto debido a sus asientos que no cuenta con ajuste de altura. Salvo estos dos detalles fuera de lo común, el Jimny tiene buen espacio interior. Ya estando dentro de los vehículos comenzó nuestro viaje.

El Jimny cuenta con un motor de cuatro cilindros 1.5 L que genera 102 HP y 96 lb/pie de torque con transmisión manual de 5 velocidades o de 4 automática (que fue la que nos tocó). La sensación de manejo es alta debido a su altura al piso y lo angosto entre el ancho de ejes, por lo que conducir de una manera deportiva no será la mejor, esto por la suspensión de ejes rígidos tanto adelante y atrás, que están diseñados para soportar (y amortiguar lo mejor posible) las irregularidades del camino. La seguridad para este tipo de aventuras es importante, por lo que el Jimny contará con 6 bolsas de aire dentro del pequeño habitáculo, control de descenso y control de estabilidad electrónico.

Terminado el tramo de asfalto pasaríamos a la terracería y la primera prueba, una pendiente con roca suelta, ideal para poner a prueba las habilidades para “escalar” del Jimny. Para esta prueba necesitamos activar la caja reductora, para hacerlo debemos poner neutral y mover la pequeña palanca hacia abajo en el punto 4L, en el panel de instrumentos se prenderán dos testigos, uno en verde indicando la conexión de las 4 ruedas y el segundo el control de tracción desactivado. Al contar con la transmisión automática, sólo es seleccionar la velocidad “L” para que el Jimny haga su trabajo de escalar.

Desde el volante en esta prueba, uno tiene varias preocupaciones, debido al tamaño de las rocas, estas podrían dañar la parte inferior del Jimny, pero gracias a sus 210 mm de altura al piso, ángulo de ataque de 38°, ventral de 28° y 49° de salida, era muy difícil que pegara con alguna irregularidad en la superficie (salvo casos muy extremos). Es increíble lo fácil que lo hizo ver, eso sí, lo más gracioso fue como el Jimny iba brincando en lo que cruzaba las rocas y encontraba la tracción.



La segunda parada fue para realizar la siguiente actividad de la competencia, esta fue tiro con arco. Al esperar nuestro turno uno podría rehidratarse o tomar fotos de los Jimny además de compartir las primeras sensaciones con los demás invitados (y estirarse después de estar manejando).




Continuando la prueba, seguíamos manejando en terracería y caminos estrechos, siendo una gran ventaja para las dimensiones del Jimny principalmente cuando había tráfico en contraflujo. Nuestro siguiente punto sería el Rancho Las Josefinas. Aquí tendríamos otras dos actividades del concurso, uno era adivinar el contenido que había en las cajas y el segundo un juego de rayuela con los sacos de arena del principio. Con motivo de nuestra visita a este rancho, tuvimos una presentación de charrería, el floreo de reata y las escaramuzas, que sin duda nos llenaron de orgullo al ser un deporte nacional. Acabando estas presentaciones fue el momento de la comida y el cambio de piloto (al fin iba a tomar fotos de la prueba).




Terminando de comer, regresamos a los Jimny y volvimos al camino, ahora toda esta parte del trayecto consistió en terracería y caminos con piedra suelta, siendo la verdadera prueba para el Jimny. Algunos momentos en este trayecto fue que el sendero fue bloqueado por vacas causándonos un breve contratiempo, pero lo que se llevó la prueba fue una subida con demasiadas rocas, siendo la mejor parte de la prueba demostrando que a pesar de su tamaño es un verdadero 4×4.




Al ser este tramo el más largo debido a la baja velocidad y también por la manera que uno iba brincando en el asiento debido a la superficie del terreno, se volvió la parte más desgastante de la prueba para los ocupantes, porque el Jimny seguía cruzando estos terrenos sin ninguna queja hasta regresar al asfalto para el último tramo para llegar a nuestro destino, el Hotel Los Picachos.






Como si fuese final de una competencia todoterreno, la llegada al hotel estaba decorada con un arco dando conclusión de nuestra prueba de manejo del Jimny, pero las actividades no terminaron ahí, como última actividad, tuvimos lanzamiento de hacha, en el cual nuestro equipo (“el trece”) acertó dos veces, una en el centro (iban a ser dos tiros al centro, pero en uno de esos tiros se cayó segundos de haber acertado).

Terminando el lanzamiento de las hachas, nos instalamos en nuestras habitaciones para refrescarnos y estar listos para la ceremonia de premiación a los equipos que hicieron mayor puntaje durante las actividades, terminando nuestro equipo en 2do lugar. Y con esto dando final a todas las actividades.

El Suzuki Jimny nos demostró este viaje por qué es tan deseado, su tamaño lo hace practico para manejar, sus capacidades fuera del asfalto son muy buenas demostrando robustez y que está listo para conquistar cualquier terreno sin necesidad de alguna modificación (eso sí, puedes optar por unas llantas Toyo con dibujo para tierra siendo un aún más funcional y a la vez agresivo para su aspecto). Este pequeño todoterreno nos conquistó y estamos seguros de que aquellos afortunados que sean dueños de uno, manejarán con una gran sonrisa de lo increíble que es el Jimny.















Texto y fotos: Alejandro Gelista L.